
Últimamente nos enfrentamos cada vez más al diagnóstico de cáncer, que se da tanto en jóvenes como en ancianos. Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, con unos 9,6 millones de casos diagnosticados cada año y 5,2 millones de muertes por cáncer.
La medicina moderna ofrece varios métodos de prevención del cáncer y procedimientos de cribado que pueden detectar el cáncer en una fase temprana y aumentar las posibilidades de una recuperación completa.
La prevención del cáncer comienza con una dieta sana, un estilo de vida saludable y actividad física y ejercicio regulares. Hay que evitar fumar y consumir alcohol, ya que tienen un efecto negativo en el organismo y aumentan el riesgo de desarrollar cáncer.
Deben consumirse alimentos ricos en antioxidantes, como bayas, frutos secos, frutas, verduras y hortalizas de hoja verde. Una de las formas más eficaces de prevenir el cáncer es beber agua limpia, al menos 2-3 litros al día.
Pero a pesar de todos los esfuerzos por prevenir el cáncer, nadie puede garantizar una protección individual del 100% contra la enfermedad. Por ello, los cribados periódicos son un componente importante de la salud de todos.
El cribado es un método de identificación de pacientes con probable presencia de enfermedad, basado en mediciones y grupos de riesgo. En particular, el cribado del cáncer de mama, cuello uterino, próstata, colon, recto y piel es posible gracias a los avances de la tecnología médica. Ayuda a detectar el cáncer en una fase temprana, cuando es posible llevar a cabo un tratamiento oportuno y aumentar las posibilidades de recuperación.
Naturalmente, la decisión individual sobre la necesidad de someterse a un cribado debe tomarla un médico cualificado. Tiene en cuenta la edad, la predisposición a la enfermedad, la presencia de anomalías y otros factores de riesgo.
En conclusión, no hay que olvidar que la prevención y el cribado son métodos importantes para prevenir el cáncer. Pero un estilo de vida saludable es aún más importante. Al fin y al cabo, cuidar de nuestra salud es responsabilidad compartida, no sólo del sistema médico.